Un pequeño aparato es el responsable de supervisar y regular los sistemas del motor, desde la carga de batería, su potencia o el régimen de combustión: es la centralita o ECU (Unidad de control de motor), una computadora que ejerce de cerebro para el automóvil. Por eso, si la centralita coche falla, podemos enfrentarnos a una avería realmente grave. ¿Qué debemos hacer en estos casos? ¿Por qué puede fallar la centralita coche?
En un artículo reciente te contamos cuáles son las señales que delatan el fallo de una centralita coche.
Los síntomas pueden ser tan evidentes como que el coche no arranca sin motivo aparente o se detiene al poco de ser arrancado, o tan sutiles como la falta de potencia, el exceso de consumo, mal funcionamiento al ralentí, el humo denso y oscuro del tubo de escape. En otras ocasiones, la avería de la centralita coche da la cara a través de los testigos: un parpadeo en el testigo de los calentadores, o un aviso de fallo motor. También se pueden producir fallos en la cartografía, o lecturas erróneas.
El peligro más grande en estos casos es que puede haber una avería que no está siendo comunicada a la centralita porque los sensores no funcionan adecuadamente, o no transmiten bien la información.
En estos casos, un chequeo basta para verificar si hay la comunicación con la unidad de control del motor es correcta o está fallando.
Las causas pueden ser variadas, pero principalmente se deben a cuatro motivos principales. Esto es lo que se puede hacer en cada caso:
• Agua: si la centralita se moja, algo que puede ocurrir de forma más habitual de lo que creemos, pese a la protección del capó, las conexiones eléctricas pueden verse afectadas. En este caso la centralita queda irreparable y no queda más remedio que sustituirla.
• Sobrecarga: un cortocircuito o una sobrecarga de voltaje puede afectar a un componente. En este caso, dependiendo del alcance de la avería, puede sustituirse la pieza quemada o la centralita completa, pero en cualquier caso se debe encontrar el origen de esa avería, para que no vuelva a producirse con una centralita nueva o reutilizada.
• Grietas: vibraciones persistentes o cambios de temperatura constantes pueden terminar por agrietar la placa de la centralita coche. Se trata de una avería fácil de atajar, ya que en la mayoría de los casos basta con cambiar la placa defectuosa.
• Fallos de programación: en ocasiones, al comprar un vehículo de segunda mano, no sabemos si el módulo de control ha sido reprogramado. Las reprogramaciones son muy útiles y ayudan a sacar el máximo partido de un motor, pero deben hacerse por profesionales expertos en electrónica. Si no se tienen en cuenta las características concretas de ese modelo, la centralita puede dar fallos o puede hacer que el motor y otras partes del vehículo como las ruedas sufran un desgaste excesivo. En este caso, una reprogramación de la centralita solucionará el problema.
Otras soluciones para repara una centralita coche
Según el tipo de avería, ya hemos visto qué tipo de solución podríamos aplicar para la reparación de la centralita. No obstante, existen otras alternativas a tener en cuenta en caso de que tengamos que sustituir la centralita:
• Clonación: se reprograma la unidad de control transfiriendo la información de la memoria a otra unidad.
• Virginización: si no se pudieran recuperar los datos originales de la centralita coche, se programan los datos desde cero en una nueva ECU.
• Sustitución de segunda mano: la sustitución de una centralita coche nueva supone un coste elevadísimo, de unos 2.000 euros, pero se puede reemplazar por una centralita de segunda mano lo que supone obtener una pieza original y en perfecto funcionamiento por un precio mucho más asequible, entre 200 y 400 euros, según modelo.
En Fast Repro somos expertos en reprogramación de centralitas coche, consulta nuestra disponibilidad de ECU de segunda mano garantizadas.
